M.J. vivía en una residencia de ancianos desde hace ya unos años. Ingresó junto a su marido pero éste falleció al poco tiempo dejándola muy sola. Su estado de salud se agravó mucho e incluso llevaba cuatro años sin salir de su planta. Ella soñaba con volver a tener una cita con un chico guapo que la llevara a pasear y pasar una tarde especial.

La directora del Centro se puso en contacto con la Fundación 38 grados y con la colaboración del personal de la Residencia, le pudimos organizar esa cita. M. J. ese día fue a la peluquería, se puso sus mejores galas y vivió un emocionante encuentro con su “chico guapo” que la fue a recoger con un precioso ramo de flores y la llevó a dar un paseo por el jardín, superando incluso su miedo a salir a la calle. Su cara de felicidad lo decía todo y nosotras pudimos disfrutar de verlo también con ellos.