Dicen los expertos en cuidados paliativos que una de las necesidades de la personas que se encuentran al final de su vida es la de poder despedirse de sus seres queridos. Y eso es lo que le ocurrió a B.F., deseaba despedirse de su hijo al que llevaba sin ver seis años. Con muy pocos recursos económicos, B.F. creía imposible que su sueño se pudiera hacer realidad. Pero la trabajadora social del equipo que la atiende se puso en contacto con la Fundación y apenas dos semanas después estábamos en el aeropuerto recibiendo a su hijo, E.F.

Ya en casa, pudieron darse ese abrazo que tanto tiempo llevaban esperando.