A.F. está ingresada en la Unidad de Cuidados Paliativos de un hospital madrileño. Tiene una especial unión con sus hermanas, pero ahora dado la avanzada edad y el estado de salud de las hermanas llevan mucho tiempo sin verse. A.F. las echa mucho de menos y nada le gustaría más que volver a abrazarlas y poder despedirse de ellas.
La médico que la atiende se puso en contacto con la Fundación y organizamos un emotivo reencuentro en el mismo hospital con el resto de la familia como testigos.
Fue muy emocionante ver a las hermanas cogiéndose las manos y disfrutando del encuentro.
En señal de agradecimiento la familia nos envió una caja, preciosa adornada con mariposas azules y almendras garrapiñadas. No era necesario, ellos lo saben. Pero nos encantó el detalle, por el esfuerzo y la dedicación que requería esa preparación. Para nosotras esa muestra de agradecimiento significa que pudimos facilitar algo que les vino muy bien a todos y de lo que nosotras también tuvimos la suerte de disfrutar.
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