Somos un equipo independiente, multidisciplinar, dinámico y creativo al servicio de la personas que no dejan de soñar ni renuncian a sus sueños aunque estén al final de su vida.
La Fundación nace de un encuentro entre cuatro mujeres, todas proveníamos de diferentes ámbitos profesionales y con experiencias personales muy distintas relacionadas con el final de la vida. Juntas, sin embargo, compartimos ese interés y conseguimos con mucho esfuerzo e ilusión dar forma a un proyecto tan especial. En ese proceso, hemos tenido la gran suerte de contar con el apoyo incondicional y la generosidad de muchas personas que nos han animado a seguir, gracias a todas ellas estamos aquí.
Exploramos dónde podríamos aportar nuestro esfuerzo y conocimiento para completar la importante labor que ya realizaban las familias, los equipos socio-sanitarios, los voluntarios, los asesores espirituales…, y desde la empatía y la emoción, encontramos que aunque ese trabajo lo intentaban hacer todos los profesionales que atendían a los enfermos, en la mayoría de los casos se veían desbordados por su labor profesional y fue en ese punto donde consideramos que podíamos trabajar conjuntamente con ellos para ser un apoyo más.