El final de la vida con sentido
La razón de ser de la Fundación 38 grados es aliviar el sufrimiento de los enfermos al final de su vida, ayudándoles a resolver sus temas pendientes para que puedan afrontar con más paz y serenidad ese difícil momento. Nuestra intención es poner un buen broche final a la historia vital de cada persona, porque toda historia -se desarrolle como se desarrolle- merece un buen final.
Y, para ello, nos gustaría que cualquier persona que lo necesite pueda decir al final de su vida: “Te quiero”, “Gracias”, “Perdóname”, “Te perdono” y “Adiós / Hasta la vista”.
El valor que nace del corazón
En 38 grados somos muy conscientes de la situación tan difícil que vive la persona en el momento en el que intervenimos y, precisamente por esto, nos exigimos el cumplimiento de unos valores y unos principios éticos de actuación que rigen toda nuestra actividad: